Un extintor bajo el agua

Los pechos de Praga

“No volver a verlas en un plazo inferior a quince días”. Tenía subrayada con un marcador naranja aquella norma del decálogo personal de Tomás, el personaje de La insoportable levedad del ser. El resto de reglas del personaje que aparecían en la novela se las pasaba por el forro. En realidad le importaba bien poco toda aquella liturgia que les soltaba a sus amantes cuando les servía el desayuno después de hacer el amor con ellas las mañanas de resaca. Recurría a Kundera porque sabía que a las mujeres las enternecía, era como un largísimo ensayo prefabricado que le servía como eufemismo para no decir de manera brusca aquello de: “Tengo una lista de amantes, ¿quieres formar parte de ella?”. Primero interpretaba al chico desvalido que va escribiendo en las sábanas que no se entrega porque tiene miedo de volver a pasarlo mal y por último les pedía cita para entrar en sus cuerpos pasadas dos semanas.

Llevaba ya cuatro años con esa estrategia y siempre le había funcionado, pero…

Pos-t se acabó

Se acabó mi romance con la gata de Diego, se acabó la moratoria de un mes para seguir eludiendo responsabilidades, se acabó el madrugar viendo crecer las barras de progreso del Emule como Woody Allen veía crecer la hierba en las películas francesas, se acabó el quejarme de mi mala suerte, se acabó el dejar los condones en la mesilla de noche como reos de muerte esperando su fecha de caducidad, se acabó este limbo tibio que no me deja pensar, se acabó...

A mi hermano Jose y sus ídolos

POLVOROSA

Tengo el inmenso poder
de meter la pata hasta dentro
el inmenso poder
de perder todo lo que tengo
el inmenso poder
de romperme siempre algún hueso
el inmenso poder
de no poder decir que lo siento.

Tengo el inmenso poder
de caer por nada inconsciente
el inmenso poder
de volverme intranscendente,
como un mueble, sin hablar
el inmenso poder
de aburrirme casi de muerte
con la gente.

Tengo el inmenso poder
de no poder decir lo que pienso
el inmenso poder
de meterme siempre "pa" dentro
Tengo el inmenso poder
de no saber nunca lo que quiero
y lo que quiero es poder
alguna vez decir lo que siento.
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INMENSO PODER-POLVOROSA
(canción 8 del LP Radical Car dance)

Pink punk cabaret

PINK PUNK CABARET

Los vanguardistas han aterrizado en el barrio vestidos de trapecistas
no funciona el extractor
conjuntivitis, ternuras y arrumacos
Pasarela Cibeles camino del baño
artistas del canto regional se reúnen con sus promesas en la logia del fondo.

-¿Me pides una de taurina con vino tinto?

Mira, mira… Ya no mires
ella ha llegado para el sorteo
y me regala su ausencia.

Han desmontado la carpa
la calle está fría
luces de navidad cuelgan apagadas de sus hilos
es noviembre en el Corte Inglés
y a Belén ha llegado el Señor de los Anillos .

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A la Trisexual Band

Los amores de una rubia

Cierro los ojos y veo una piscina llena de gente rechoncha en bañador. Una de esas cubiertas, con el fondo de gresite que salían en los filmes de los países de órbita soviética durante los años sesenta.
En mi sueño eres rubia y emerges del agua resoplando después de una jornada laboral en un inútil despacho del Municipio. Eres atractiva y muchos de los hombres que hay sentados junto al borde te miran de soslayo.
Seguramente te enseñaron en la escuela a interpretar Ana Karenina como un ejemplo de la mentalidad esclavista de la aristocracia, dejando de lado el romanticismo de la novela. Sin embargo, tú pensaste tres veces en emularla y tirarte al tren… pero de eso hace ya algunos años.
Vienes hacia mí, te secas la cara con una toalla que recoges del banco en el que estoy sentado y mientras te la restriegas sobre el cabello, me dices algo muy bajito, en un idioma que no conozco. No me suena a ruso, puede que sea checo o húngaro. Como no te contesto, me repites la frase y me salpicas sobre la cara con tus dedos aún mojados. Tomo conciencia y despierto. Miro a mi alrededor y no estás. No estoy en una piscina, si no en la barra del Hércules. No me has salpicado tú, ha sido Guillermo que acaba de venir del baño y se ha lavado las manos al salir.

- ¡Javi, espabila! Creo que tantas horas en el cine no te están haciendo ningún bien.

SEVILLA FESTIVAL DE CINE 2004. EL MEJOR CINE EUROPEO DEL AÑO (de verdad, os lo juro)

Visions of Europe

Se trata de una producción europea de 25 cortometrajes. 138 minutos de duración total y una pieza por cada país comunitario. Entre los directores figuran gente como Greenaway o el recientemente asesinado Theo Van Gogh. El tema a tratar es fundamentalmente la Unión Europea. Hay cinco o seis propuestas de gran calibre, pero lo cierto es que la mayoría de los cortos dejan patente qué es lo que significa para sus ciudadanos dicha unión, que no es otra cosa que una especie de abuela a la que extorsionar para comprar caramelos, algo etéreo y dador de ayudas oficiales, una gran teta de la que todos quieren sacar el máximo de leche. No nos fustiguemos tanto por ser de dónde somos, la política de “me lo llevo calentito” es tan universal como pretende ser este loable pero fallido proyecto.

P.S.- A la bandera le faltan estrellas pero no encontré la de 25.

Pink Flamingos

Mis ideas son aves migratorias
pájaros zancudos y desgarbados
que cada vez que levantan el vuelo
sueño que no van a volver.

A menudo pienso que si estuvieras aquí
podríamos montar un circo con ellas
las amaestraríamos y las tendríamos sobre nosotros
volando en círculo hasta la muerte.

Pero tú te fuiste
y los payasos que quedan
empeñaron sus narices de goma.

Los sindicatos han perdido
ahora las risas
no trabajan en la fábrica de conservas.

Volvieron las lluvias
volvieron los enemigos del darwinismo
volvió esa pasajera nostalgia
a recoger tus restos
y tejer con su pico
el nido de mi conciencia.

En una clase de niños...

Queridos reyes magos:
Este año os pido que os adelantéis un poquito y paséis la madrugada del 6 de enero a la del 3 de Noviembre. Lo primero que quiero es que os llevéis el Action Man que me dejasteis en 2000, porque traía de fábrica un defecto de soberbia. He dejado mi Declaración de los Derechos Humanos bajo la chimenea para que en vez de caramelos me dejéis voluntad de cambio. A los camellos, les he dejado en la ventana una Constitución Europea para que se la vayan leyendo en el camino de vuelta.
PD: Ah, y un trabajo tampoco me vendría mal, que estoy otra vez parado y me aburro mucho, si no, ¿a cuenta de qué iba a estar yo escribiendo esta carta a mis años?